Ecuador, 7 de julio de 2022· Durante el segundo debate del proyecto de ley Orgánica de Libre Expresión y Comunicación, en el Pleno de la Asamblea Nacional, algunos legisladores de UNES y de Pachakutik aprovecharon sus intervenciones para descalificar a los medios de comunicación y lanzar un discurso en su contra.
Ángel Maita (Pachakutik) indicó que se necesita fortalecer la democratización de la comunicación y deben elegir entre dos modelos: “la clase elitista que responde a las clases dominantes o el lado de los campesinos y vulnerados”. Aseguró que existe un monopolio de los medios de comunicación: “Esta agenda selectiva de odio convierte a los empresarios en entes de altar y a nuestros dirigentes sociales en demonios”, comentó.
Ana María Raffo (UNES) dijo que la libertad de expresión puede ser ejercida, siempre y cuando no afecte la “buena honra o reputación de terceras personas”. Y opinó que el informe de mayoría propone volver a las “viejas prácticas de libertinaje comunicacional”, que apoya a los “patronos de la información pública” y que ante un micrófono se sienten con el derecho de mentir, perjudicar y chantajear a cualquiera que no ceda “ante sus caprichos e intereses”.
Por su parte, la legisladora Melissa Zambrano (UNES) aseguró que en Ecuador “vale más la pauta que el sentido humano” y que “llaman libertad de opinar a una forma de mentir, juzgar y amedrentar”.
En medio del debate, Walter Gómez (UNES), comentó: “Defiendo la libertad de expresión, pero, ni el Consejo de Participación, ni ONGs como Fundamedios defienden a todos los periodistas; solo a sus amigos”. Rechazó el informe de mayoría y aseguró que está “entallado al libertinaje de la prensa sicaria”.
Desde Fundamedios pedimos que cese el discurso estigmatizante que intenta profundizar la polarización entre “medios buenos” y “medios malos”, el cual ha sido el trasfondo para intentar legitimar la violencia sistemática y generalizada en contra de la prensa y que en el marco del paro nacional se saldó con 242 periodistas y medios de comunicación de medios privados y comunitarios, digitales y tradicionales, agredidos.