ENGLISH VERSION
El 27 de julio de 2011, los seis miembros del partido oficialista, Alianza PAIS, aprobaron los 21 artículos del informe complementario del Proyecto de Ley Orgánica de Comunicación que será presentado para el segundo debate en el pleno de la Asamblea Nacional del Ecuador.
En el texto propuesto por el oficialismo se determina la regulación de contenidos “violentos”, con “mensajes discriminatorios” y “explícitamente sexuales” con base en criterios sumamente abiertos e incluso introduciendo censura previa; y, además, se plantea la creación de un Consejo de Regulación con fuerte presencia gubernamental, para que clasifique y defina los criterios de responsabilidad ulterior.
Pese al compromiso que asumieron los asambleístas, nunca trataron las observaciones que había planteado al proyecto original la Relatoría de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y que se habían expresado en una carta de 17 páginas que se entregó en la Asamblea Nacional, en agosto del 2010.
El informe presentado plantea lo siguiente:
El artículo 5 define como contenido discriminatorio a “todo mensaje que se difunda por cualquier medio de comunicación social que denote distinción, exclusión o restricción basada en razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socio- económica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad o diferencia física y otras que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos reconocidos en la Constitución o que incite a la realización de actos discriminatorios o hagan apología de la discriminación”.
En el artículo 11, se prohíbe “la difusión a través de los medios de comunicación de todo mensaje que constituya incitación directa o estímulo expreso al uso ilegítimo de la violencia, a la comisión de cualquier acto ilegal, la trata de personas, la explotación, el abuso sexual, apología de la guerra y del odio nacional, racial o religioso”.
Se prohíbe, además, el “uso de imágenes violentas, sangrientas y alusiva a la muerte en todos los medios de comunicación dentro de coberturas informativas…” que no estén debidamente contextualizadas.
Por otro lado, en los artículos 13, 14 y 15 se abarcan los criterios y definiciones sobre la responsabilidad ulterior, definida como “la obligación de toda persona a asumir las consecuencias jurídicas, administrativas, civiles y penales posteriores a difundir, a través de los medios de comunicación, de todo tipo de contenido de información de relevancia pública, que lesione derechos humanos, la reputación, el honor, buen nombre de las personas y la seguridad pública del Estado…”
Señala además que los medios serán responsables civil y administrativamente cuando los contenidos sean asumidos por el medio o no sean atribuidos a otra persona, así como los comentarios realizados en sus publicaciones electrónicas cuando no se identifique plenamente su procedencia.
Se establece la responsabilidad solidaria para el medio, sus propietarios, accionistas, directivos y representantes legales por «las indemnizaciones y compensaciones de carácter civil a que haya lugar por incumplir su obligación de realizar las rectificaciones o impedir a los afectados su derecho a la réplica y de respuesta».
Los contenidos violentos se podrán difundir en horarios para adultos (22:00-06:00) o de responsabilidad compartida (supervisión de un adulto), de 18:00 a 22:00.
Los artículos expuestos han sido criticados por la oposición, al expresar que el texto es riesgoso pues atenta contra la libertad de expresión al establecer censura previa y dejar una enorme discrecionalidad al consejo de regulación, que podrá prohibir contenidos y, a su vez, sancionar a quienes los emitan desde los medios de comunicación.
De igual forma, el jurista Juan Carlos Solines, considera que se obligaría a los medios de comunicación a la autocensura y la eliminación de todos los espacios de participación y expresión ciudadana, al hacer al medio “corresponsable” de lo que se diga en su página web .
FUNDAMEDIOS expresa su rechazo a las pretensiones de censura y control a los medios que se manifiestan en este informe complementario. Consideramos que al entregarse al Consejo de Regulación amplísimas atribuciones, unido a la ambigüedad y amplitud de los criterios planteados para calificar contenidos se crea una situación de absoluta discrecionalidad para la aplicación de la Ley.
Finalmente, llamamos la atención sobre el no tratamiento de las observaciones planteadas por la Relatoría de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pese al compromiso en ese sentido de la Comisión Ocasional de Comunicación.
A complementary report to the communication bill introduces preventive censorship in information and a wide margin of discretion for a regulatory council whose independence is questionable to regulate media contents
On 27 July 2011, the six members of the ruling party, Alianza PAIS, approved the 21 articles of the complementary report to the Organic Communication Law bill that will be presented for a second debate to the National Assembly of Ecuador’s plenary.
In the text proposed by the government party representatives, the regulation of «violent» contents, with «discriminatory and explicitly sexual messages», is determined by exceedingly open criteria, even introducing preventive censorship. It also proposes the creation of a Regulatory Council in which the government would be heavily represented to classify and define ulterior liability criteria.
Despite the commitment made by the representatives, they did not take into consideration the observations made to the original project by the Inter-American Commission of Human Rights Rapporteur’s Office for the Freedom of Expression, which had been expressed in a 17 page letter delivered to the National Assembly in August 2010.
The report puts forward the following: Article 5 defines as discriminatory content «any message broadcasted through the media that denotes distinction, exclusion or restriction based on reasons of ethnic group, place of birth, age, sex, gender identity, cultural identity, civil status, language, religion, ideology, political affiliation, criminal background, socio-economic status, migration status, sexual orientation, health status, HIV carrier status, disability or physical difference, and others with the purpose or effect of impairing or nullifying the acknowledgement, enjoyment or exercise of human rights as recognized by the Constitution or that incite to discriminatory actions or justify discrimination».
Article 11 forbids «dissemination through the media of any message that constitutes direct incitement or express encouragement to the illegitimate use of violence, to commit any illegal act, human trafficking, exploitation, sexual abuse, justification of war and national, racial or religious hatred».
It also forbids the «use of images that are violent, gory and allude to death by the media as a whole during news programs…» if not properly contextualized.
Meanwhile, articles 13, 14 and 15 include criteria and definitions of ulterior liability, defined as «every person’s obligation to assume the juridical, administrative, civil and penal consequences of disseminating through the media any kind of publicly relevant information that compromises human rights, the reputation, honor, and good name of people and the State’s public security…».
They also point out that the media will be civil and administratively liable when the contents are assumed by the media outlet or are not attributed to another person, and also in the case of commentaries made in their electronic publications when their source is not fully identified.
Joint liability is established for the media outlet, its owners, shareholders, directors and legal representatives for «the civil indemnifications and compensations resulting from failing to fulfill their obligation to rectify or preventing those affected from exercising their right of reply».
Violent contents may be broadcasted during adult (22:00-06:00) or shared responsibility (supervision by an adult – 18:00-22:00) time slots.
These articles have been criticized by the opposition, who have expressed that the text is risky because it attempts against the freedom of expression by establishing preventive censorship and providing a too wide margin of discretion to the regulatory council, which could lead to the prohibition of contents and, at the same time, sanction those who disseminate them through the media.
Likewise, jurist Juan Carlos Solines considers that by making media outlets «co- responsible» for anything stated in their web pages, the media would be forced to preventive censorship and the elimination of all civic participation and expression spaces.
FUNDAMEDIOS expresses its rejection of these attempts at media censorship and control made manifest in this complementary report. We believe that by granting the Regulatory Council such wide attributions, added to the ambiguity and amplitude of the criteria proposed to classify contents, a situation of complete discretion for the application of the law is created.
Finally, we draw attention on the lack of attention paid to the observations presented by the Inter-American Commission on Human Rights Rapporteur’s Office on Freedom of Expression despite the Communication Occasional Commission’s commitment to do so.