Ecuador está enfrentando una crisis institucional cuya manifestación más evidente es un clima de alta polarización política y social. Es precisamente en estos momentos, cuando los medios de comunicación y periodistas independientes debemos estar a la altura de la situación para continuar cumpliendo con el trabajo de informar y evitar caer en un juego mutuos de descalificaciones y acusaciones fuera de tono.
En esta coyuntura, el periodismo debe reforzar su ética, su rigor, y debe regresar a los orígenes del oficio: investigar siguiendo los procesos más rigurosos, verificar, contrastar y mostrar un trabajo que no deje cabos sueltos. Más aún en momentos cuando el poder ha vuelto a sacar sus garras contra la prensa y nos ha evocado un pasado al que no queremos regresar, cuando la libertad de expresión era un simple enunciado. Más que nunca, la prensa debe hacer su trabajo aplicando aquellos códigos deontológicos que la respaldan: haciendo más y mejor periodismo.
La crisis política, social y económica requiere de nuestro compromiso en el manejo responsable de la información, apuntando a informar a la ciudadanía y a contribuir en el fortalecimiento de los sistemas democráticos, garantizando la pluralidad de información y el combate a la desinformación, ejerciendo un periodismo responsable.
También debemos dejar de lado los separatismos. Luego de muchos años en los cuales los periodistas nos vimos divididos por la radicalización de un discurso oficial, es momento de que estemos juntos y unamos de esfuerzos. De nada servirá atacarnos los unos a los otros, si lo que debemos defender es el oficio, la libertad de expresión y nuestro trabajo. Nuevamente existe un peligroso discurso presencial que se ha vuelto recalcitrante contra la prensa y pretende decir qué es periodismo y qué no. Ante eso, debemos responder unidos.
En esta encrucijada que vive la prensa ecuatoriana —atacada desde el crimen organizado, grupos sociales, políticos y económicos, y ahora desde el Gobierno— debemos respetar las distintas posturas y criterios editoriales. Hacemos un llamado a la unidad, al trabajo conjunto y a que no se generen confrontaciones y separatismos.