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César Larrea: el quiteño que dejó su legado marcado en el corazón de los capitalinos

Dic 6, 2017 | Comunicados

A sus 97 años y a días de la conmemoración de las fiestas de Quito, don César Larrea se despidió de este mundo este 29 de noviembre de 2017, dejando un importante legado de tradición que hoy le debemos los quiteños. Fue precisamente gracias a “Cesitar”, como le conocían sus allegados, quien impulsó la celebración de las fiestas capitalinas y la tradicional serenata, desde su tribuna como jefe del diario quiteño Últimas Noticias.

Periodista de una larga trayectoria, “Cesitar” laboró durante 47 años en Grupo El Comercio. Allí, y desde que era muy joven, aprendió el oficio del periodismo de la mano de otros colegas que fueron sus maestros.

Según cuenta su compañero de redacción y amigo, Carlos Jaramillo, Larrea entró a trabajar como mensajero, labor que cumplía para poder solventar sus gastos debido a que era huérfano y tras permanecer de cerca con el oficio, pasó a ser jefe del diario capitalino, un medio que en los años 50 era el diario quiteño por excelencia y que posteriormente fue convertido por éste como el medio impulsor de las fiestas de Quito. Desde el rotativo se organizaron las primeras elecciones de la reina de la ciudad, la ahora tradicional carrera de coches de madera, el famoso mundial de 40, entre otros.

Descrito como una persona correcta, un verdadero maestro del periodismo y un ser humano ejemplar, que luchaba por las libertades y que amaba Quito, su colega recuerda que Larrea se preocupaba mucho por todos los aspectos que involucraban a la ciudad. Él mismo, junto al fotógrafo Luis Pacheco, iba todos los sábados de barrio en barrio recopilando los problemas de cada rincón, para luego elevar peticiones a las autoridades, ganándose el cariño y reconocimiento de los habitantes de la capital.

La anécdota con la que se dio inicio a la popular serenata quiteña es muy conocida y ha sido recopilada en varias notas de prensa a lo largo de los años, en donde se retrata el amor que tenía Larrea por Quito.

La historia cuenta que una noche de noviembre de 1959, en el contexto del onomástico de Larrea y después de una partida de cuarenta, César, Luis Alberto (Potolo) Valencia, Gonzalo Benitez y Luis Banderas conversaban alrededor de una mesa acerca de la celebración de la fundación de Quito. La charla desembocó en que sería bueno revivir el albazo quiteño, costumbre en la que intervenían bandas de música para despertar a la ciudad en fechas especiales y así fue como nació la idea de la llamada «Serenata Quiteña». Ocurrió un 5 de diciembre de ese año, cuando se invitó a las bandas a tocarle a la ciudad. «Que salgan en la víspera del 6 los aficionados a la música nacional, que salgan a cantar a Quito en las calles», decía el llamado de Larrea quien, a decir de sus allegados, tenía un gran poder de convocatoria.

Según recopila el blog de Gonzalo Benítez, el dúo Benitez-Valencia con el guitarrista «Pollo» Ortiz y la Estudiantina Santa Cecilia dieron la partida de la Serenata Quiteña. El atrio de la Catedral fue el escenario y la Plaza Grande llena fue la platea, desde donde los quiteños y los chagras alzaron el primer, eufórico y masivo ­!Viva Quito!

El pasado 20 de noviembre, “Cesítar” había cumplido sus 97 años. Citado por diario El Comercio, su hijo, César Larrea Araujo lo ha descrito como alguien fuerte, un personaje querido que dejó su legado marcado en el corazón de todos los quiteños.

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