A las 17:00 del viernes 15 de julio se cerró el plazo para que los medios de Esmeraldas y Manabí presentaran sus solicitudes para participar en el concurso de frecuencias de radio y televisión. La Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) había dado una prórroga de 15 días a los medios de estas provincias, duramente golpeadas por el terremoto que azotó la costa ecuatoriana hace apenas tres meses.
“El terremoto nos dejó muy afectados, ha sido complicado pagar las asesorías técnicas y profesionales para llenar las fichas e informes”, comenta Rafayé Falconí, de la radio La Voz del Sur de Manabí. Su padre, Ramón Falconí Yépez, que tiene 40% de discapacidad y casi no puede caminar, pudo llegar justo antes de que cerrara el portón la oficina regional de la Arcotel, el viernes pasado, en Portoviejo. Agitado, se echó en una silla de la recepción con unos papeles en la mano. “Esto ha sido tremendo, ojalá todo marche bien. El esfuerzo por cumplir con los requerimientos ha sido muy duro para nosotros”. Su radio, que funciona desde hace 55 años en Jipijapa, espera no desaparecer en el intento.
Rafayé cree que los 15 días extras fueron insuficientes para cumplir con un proceso del que depende su familia: las tres personas que trabajan en la estación son él, su padre y su madre. Sabe que, de obtener una respuesta negativa, deberían vender los estudios, los equipos y empezar de cero.
Maury Jácome había llegado unos minutos antes y aceleraba el paso de un escritorio a otro. Es la representante de Oromar TV, que emite su señal desde Manta. “Esto ha sido como parir un hijo”, comentó, refiriéndose a las exigencias del proceso. Reconoció que hubieran querido contar con al menos otras dos semanas pero que, a pesar de los apuros, en la oficina de la Arcotel siempre recibieron una atención profesional en el proceso.
Radio Alfaro FM también presentó su solicitud contrarreloj. La estación comunitaria, operada por la Unión Provincial de Organizaciones Campesinas de Manabí (Upocam), que sólo emite su señal en Jipijapa, aspira a llevar su programación hacia al menos 10 cantones más en Manabí. Como sucedió con la mayoría de los medios consultados por Fundamedios, el principal inconveniente para Radio Alfaro fue la elaboración del plan económico. Para desarrollarlo tuvieron que incurrir en gastos elevados. “Ha sido duro para nosotros, hay medios que no tenemos tantos recursos”, comenta Elías Bonilla, representante de la Upocam.
“La mayor dificultad está en el proyecto de sostenibilidad. No podemos mentir, no vamos a tener súper ingresos, cuando la situación en Manabí sigue siendo grave. Nos van a decir: ‘Usted no se puede sostener’. Lo cierto es que en estas circunstancias nadie se puede sostener. Así que confiamos en que lo sepan comprender”, comenta Lenin Andrade, representante de Radio Más Candela, a través de un contacto telefónico con Fundamedios.
Andrade dice que si bien hubo talleres y socializaciones, para muchos resultó un proceso complejo y vieron la necesidad de buscar asesoramiento externo: “Tome en cuenta que, en Manabí, tenemos una falencia de ingenieros especializados en el tema de los estudios técnicos. Hubo necesidad de contratar por fuera y algunas empresas como que han aprovechado las circunstancias para cobrar bastante alto”.
Incurrir en gastos aumenta la vulnerabilidad y la incertidumbre de los medios de la zona que sigue soportando réplicas considerables. Como las del domingo 10 de julio que, según cuenta Lenin Andrade, desplazaron nuevamente las antenas en el cerro Jaboncillo.
Otros medios que tuvieron que pagar a consultores externos fueron Radio Amiga, con 37 años de operación, y Manavisión, 33 años al aire, del Grupo EDIASA. “Inicialmente pensamos correr nosotros mismos los formatos y llenarlos, pero vimos la necesidad de contratar consultores ya que había información muy subjetiva”, confiesa Félix Varas, su representante, quien también cuestiona las dudas que dejaron las bases del concurso y los parámetros de calificación. “Nuestro futuro es incierto con los medios. Es tan subjetivo todo que hubiéramos preferido que se haga una licitación. Hubiera sido más transparente quedarnos afuera por no poder pagar. Pero bajo las actuales condiciones, ¿cómo califican una parrilla de programación? Todo depende de quién califique”.
En Bahía de Caráquez, en una casa patrimonial que data de 1894, funciona una de las radios más antiguas del país: La Voz de los Caras. Ahí reside su propietario, Marcelo Nevárez . “Yo nací en esta silla –dice Nevárez, señalando una butaca ubicada frente a la consola–, ahí le agarraron los dolores de parto a mi madre. Y aquí me voy a morir”. En una visita que Fundamedios realizó en mayo, Nevárez no ocultó su preocupación y confesó que no podía invertir en consultorías para la aplicación al concurso de frecuencias. “Si usted me pregunta qué he ganado (con la radio); he ganado, la amistad, el respeto de la gente, el cariño”.
Dos meses después, vía telefónica y con un tono más esperanzado, cuenta que se dedicó a estudiar las bases del concurso y los formularios y los llenó por sí mismo. “No dispongo de los USD 6.000 que me hubiese costado contratar a un consultor, pero confío en que la respuesta será favorable”. ¿Y si no es así? “Tendré que buscar, a estas alturas, cómo ganarme la vida… Espero que las autoridades tomen en cuenta mi experiencia de 70 años ininterrumpidos como radiodifusor”. Las paredes de la estación, empapeladas de títulos, medallas y reconocimientos dan cuenta de la trayectoria de la radio fundada en 1946 que en su pequeño jardín tiene antenas satelitales que la conectan con importantes medios internacionales como la BBC, la Voz de América, Radio de Francia Internacional, CNN, entre otras.
Del mapeo realizado por Fundamedios, 16 medios sufrieron daños severos en las zonas afectadas por el terremoto. Dos de ellos están en Pedernales, epicentro del sismo de abril. Ahí las dos únicas radios existentes perdieron todo con el terremoto y ambas debían –a pesar del dolor, las pérdidas, la incertidumbre económica y el cansancio– concursar por una frecuencia.
Radio Tropical estuvo fuera del aire durante casi un mes. Su propietario, Marcelo Cepeda, se quedó sin el edificio donde funcionaba la radio y donde también residía con su familia. Sin embargo, con equipos prestados y alquilados, volvieron a levantarse y lograron también cumplir con el proceso para renovar su frecuencia dentro del plazo previsto, aunque tuvieron que invertir una cantidad alta (demasiado alta en medio de la emergencia) para lograrlo.
Similar es la situación de la Radio Altamar de Pedernales. Con el terremoto, el edificio también se vino abajo y ahí falleció Yaritza Briones, secretaria de la estación. Pero su voluntad de servir a su comunidad en el momento en que más los necesitaba hizo que a los tres días, con un generador eléctrico prestado y equipos provisionales volvieran al aire desde el único cuarto que quedó en pie. El dueño de la estación, Gary Cobeña, informó a Fundamedios que justo antes de que venciera el plazo alcanzaron a presentar la solicitud para la adjudicación de una frecuencia. Mantiene la esperanza de que tendrán una respuesta positiva: “Los únicos verracos que nos hemos quedado a convivir aquí con todo lo que está pasando somos nosotros”.
A través de un comunicado difundido este jueves 21 de julio de 2016, la Arcotel informó que recibió un total de 834 postulaciones a nivel nacional, solicitando la adjudicación de 1.486 frecuencias para servicios de radiodifusión AM, FM y de televisión abierta, de medios de comunicación privados y comunitarios.
Hasta el 30 de junio, la Arcotel recibió 706 solicitudes. Al cumplirse el plazo para la recepción de postulaciones en Esmeraldas y Manabí, en estas provincias se habría recibido 128 peticiones que en total solicitan 208 frecuencias desglosadas de la siguiente forma: 4 para AM; 139 para FM y 65 para televisión, según consta en el “acta de verificación” publicada en su portal.
Sin embargo, la entidad no informa si todos los medios que tenían vencida su frecuencia en las provincias afectadas por el terremoto pudieron efectivamente cumplir con el proceso de solicitud. Tampoco se detalla qué medios están participando en el concurso ni a qué frecuencia postulan.
Fundamedios vuelve a cuestionar la falta de transparencia del proceso y reitera su llamado a que se suspenda el concurso, aún más en las condiciones de vulnerabilidad en las que han tenido que participar los medios golpeados por el sismo.