El 30S fue una jornada muy dura y tensa para quienes conformamos Fundamedios. Ese día vivimos cómo se generaban acciones de violencia, cuyas víctimas eran, muchas veces, periodistas; compañeros de medios estatales, comunitarios y privados que eran golpeados, agredidos y destruidos sus materiales de trabajo, etc.
Todo esto en medio de un “blackout” informativo propiciado por la orden de una cadena nacional “indefinida e ininterrumpida” que obligó a las radios y televisoras privadas a engancharse a los medios estatales. Con todo lo que sucedió ese día, nuestra organización estuvo cumpliendo su misión institucional. Es decir, monitoreando agresiones en contra de la libertad de expresión, un derecho humano fundamental. En esa jornada, emitimos varios boletines dónde dimos cuenta de las agresiones que se estaban produciendo en contra de medios de comunicación y periodistas. Simultáneamente, entregamos información a numerosos medios nacionales e internacionales sobre lo que sucedía con los periodistas.
Al final de la jornada, reportamos 32 agresiones en contra de periodistas, que dan cuenta de un clima de violencia social. Reportamos la censura previa a la que sometió el Gobierno a los medios de comunicación privados al ordenarse una cadena “indefinida e ininterrumpida” de radio y televisión. Ese día, sabíamos que era nuestro deber pronunciarnos y, por eso, elaboramos y difundimos un comunicado (que reproducimos en este informe) de rechazo a cualquier intento de alterar el orden democrático, pero al mismo tiempo, condenando la censura a los medios y las agresiones a periodistas. Pese a que hay actores políticos que nos quieren ubicar en su cancha, nuestro trabajo es técnico y consiste en un monitoreo que se basa en los principios de la Convención Americana de Derechos Humanos. Esta herramienta nos sirve de base para reportar a las principales redes de defensa de la libertad de expresión en el mundo, las posibles agresiones que se produzcan en contra de periodistas y medios de comunicación en el Ecuador.
Tenemos como norte, además, una concepción clara de lo que significa la defensa de los derechos humanos. Para ello traemos a colación lo que dice el Maestro Pedro Nikken al respecto: La noción de derechos humanos se corresponde con la afirmación de la dignidad de la persona humana frente al Estado. El poder público debe ejercerse al servicio del ser humano: no puede ser empleado lícitamente para ofender atributos inherentes a la persona y debe ser vehículo para que ella pueda vivir en sociedad en condiciones cónsonas con la misma dignidad que le es consustancial” (Pedro Nikken – El Concepto de Derechos Humanos).
Entendemos que nuestra responsabilidad en estas situaciones es brindar información lo más exacta posible y de la forma más transparente y abierta. Al mismo tiempo, creemos que, con base en los datos, debemos brindar criterios y análisis sobre situaciones que pueden afectar a un derecho humano fundamental como son las libertades de expresión y prensa. Pero, el 30S no terminó en esa lamentable jornada. Al final, el estudio que ahora presentamos revela que la situación de la libertad de expresión y las agresiones se han agravado, fruto de una radicalización del Gobierno en la “guerra mediática” que lleva adelante.
Frente a ello, FUNDAMEDIOS ha realizado numerosos llamados para que se pare la guerra del Gobierno con los medios de comunicación privados, pues ese enfrentamiento no lleva a otro lado que al deterioro de los principales derechos y libertades democráticas. Lamentablemente, no hemos sido escuchados y, por lo tanto, tenemos una situación de extrema gravedad en cuanto al estado de un derecho humano fundamental como la libertad de expresión. Sin embargo, creemos que es nuestro deber seguir llamando a la razón a las más altas autoridades y decirles que paren las agresiones y propicien un ambiente para que los periodistas, sea cual sea su medio, puedan realizar con plena libertad su trabajo y que nunca nadie más sea amenazado o sea condenado a la cárcel por expresar su pensamiento.