Latinoamérica, 15 de febrero de 2022: Dentro del marco del proyecto regional ‘Periodismo consciente: salud mental y autocuidado’, se realizó el cuarto taller denominado ‘Herramientas para manejo de traumas a causa de la profesión’.
Fundamedios y la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), ambas instituciones de Ecuador; el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), de Perú; Medianálisis, de Venezuela y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); después de identificar a los periodistas como un grupo expuesto y vulnerable en tiempos de pandemia, organizaron una serie de talleres para mejorar las condiciones de salud mental de este grupo humano.
La tallerista de esta sesión fue Eliana Cevallos. La experta tiene estudios universitarios en Derecho y Psicología en Ecuador. Cuenta con dos maestrías en España una por la Universidad Autónoma de Barcelona en Prosocialidad y otra por la Universidad de Navarra, en Artes Liberales, especialización Comunicación.
Es especialista en Psicoterapia Humanista, en Psicoterapia Gestalt y en Logoterapia. Presidenta honoraria y fundadora del Centro Ecuatoriano de Logoterapia, acreditada por la Asociación Internacional de Análisis Existencial y Logoterapia de Viena (Austria), por la Federación Latinoamericana de psicoterapia y miembro de la Sociedad suiza de Logoterapia. Docente de la maestría de Psicoterapia en la UISEK-Ecuador y de programas de especialidad en psicoterapia en varios países de Hispano América. Conferenciante internacional, articulista y autora de los libros: La didáctica del amor en pareja, El último rincón del alma; Rebeldía en verso y De regreso a casa.
Cevallos considera que los periodistas y psicoterapeutas comparten el anhelo por encontrar la verdad y sobre todo la que hace bien al ser humano.
Detalló que para comprender el trauma, hay que respetar, interiorizar y atender a la individualidad e implicarse. Solo así, uno puede penetrar una realidad, comprenderla y dejarla de tener miedo.
Además, resaltó que todos los seres humanos tienen el mismo cerebro pero lo que cambia es la mente y la conciencia.
La psicóloga partió haciendo un ejercicio de reconocimiento sobre la vulnerabilidad del ser humano. Hizo hincapié en que ser profesional es sinónimo de manejar la empatía.
Dijo que la clave es no llegar a la simpatía para evitar ahogarse en realidades ajenas. Recordó la frase “yo respeto lo que estás viviendo pero, esta vez, no lo estoy viviendo yo”
El siguiente paso en la sesión fue profundizar en el concepto de “trauma” y conocer al “miedo”. La experta hizo una explicación científica donde ubicó en una imagen de un cerebro, el centro vital de las emociones.
Esta es conocida como la amígdala y se encuentra localizada en la parte central inferior del órgano vital, nombrado neurológicamente como el sistema límbico o cerebro primitivo.
El miedo, es una respuesta del sistema límbico a un estímulo desencadenante que es interpretado como una amenaza.
Cuando el cerebro identifica una amenaza, activa la cantidad de ansiedad necesaria lo que genera síntomas corporales y mentales inmediatamente, preparando al cuerpo para reaccionar, pues lo interpreta como necesario para la supervivencia.
Sin embargo, cuando se habla de trauma, este aparece después de haber activado los circuitos del miedo que incluye la defensa, lucha , huida, etc., sin éxito.
Este fenómeno es considerado más que un miedo. El trauma es un evento impredecible, en donde se siente que el mundo tal y como lo conocemos termina.
Durante esta variación mental, se tiende a perder el sentido, la coherencia y la secuencia como mecanismo de defensa del cuerpo, a esto se conoce como disociación.
Cevallos lo describe como un “apagón” o “fractura mental” que hace la mente para evitar el sufrimiento.
Los síntomas de un trauma incluyen: la hiperactividad que se relaciona directamente con las reacciones físicas y estado permanentemente alerta de la víctima; el sentimiento de estar apretado, en la indefensión, sin resistencia, abandonado; y la intrusividad, lo que significa que se queda impregnado en la memoria.
¿Qué hacer?
- Evitar la hiperventilación.
- Aplicar la paradoja, la cual básicamente significa autocontención.
- Poner los pies en la tierra.
- Socializar con personas cercanas o seres queridos.
- Regresar al presente, al aquí y al ahora.
- Aceptar los síntomas.
- Respirar profundamente.
- Acudir a psicoterapia: la cual puede ayudar a quebrar el ciclo del miedo, atravesar patrones maladaptativos y liberar la atadura que el trauma tiene sobre el cuerpo y la mente.
La experta en logoterapia concluyó su presentación recordando que no es lo mismo sentir empatía que simpatía. En estos conceptos está la diferencia entre ser humano y llevar las cosas de forma profesional o posibilitar un desmoronamiento ante situaciones complejas y volverse más vulnerable a traumas.