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Jorge Vivanco, más de 60 años de ejercer un periodismo “con democracia y franqueza”

Dic 7, 2016 | Comunicados

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Crédito: Revista Vistazo

Los adjetivos resultan escasos para describir a don Jorge Vivanco Mendieta y el legado periodístico que dejó durante seis décadas dedicadas al oficio. Sus colegas periodistas lo recuerdan como alguien “Inteligente, íntegro, sagaz, con gran mística periodística, valioso, honesto, un verdadero maestro, con gran humor y sentido social”.

A sus 89 años, el “maestro”, como lo conocían muchos de sus colegas, dejó este mundo físico. Sin embargo, su pensamiento plasmado en sus notas, editoriales y columnas escritas; las anécdotas y lecciones perdurarán en la memoria de quienes pudieron compartir con él, durante su paso en medios como: El Comercio, La Razón, El Telégrafo, revista La Calle, Vistazo y Diario Expreso, en donde trabajó durante 30 años hasta llegar a ser su subdirector.

“El periodista bueno tiene su razón de ser en sus lectores, en sus oyentes y en sus televidentes. En el momento en que no tiene esa correspondencia prácticamente ha dejado de existir”. “El periodismo es una profesión que nunca se termina”, fue una de las tantas reflexiones que hizo Vivanco, tras recibir un reconocimiento honorífico a su trayectoria por parte de Fundamedios, durante un encuentro realizado en Guayaquil en diciembre de 2011.

Pero ese es uno de los tantos reconocimientos que ha recibido Vivanco en vida. Loja la ciudad en donde nació un 13 de mayo de 1927,  le otorgó el premio a “Mejor Ciudadano”. También lo hizo en junio del 2007 la Universidad Técnica Particular de Loja, al presentar el documental ‘Memoria viva’, como homenaje a su larga trayectoria.

Vivanco tampoco se libró de obstáculos propios de su profesión como un juicio que le siguió hace más una década Fernando Rosero, diputado del Partido Roldosista Ecuatoriano, por su artículo, publicado el 15 de julio de 2002, titulado “Los generales no se defienden”. En donde criticó la actitud de los integrantes de la cúpula militar ecuatoriana por no responder a las acusaciones de Rosero, a quienes tildó de los “chatarreros del Cenepa”. En ese entonces, Rosero pidió una indemnización de un millón de dólares al periodista. Finalmente, fue absuelto por la Primera Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, Al comprobarse lo absurdo de la acusación.

A estos obstáculos se suma una infancia especialmente difícil. A los cinco años de edad, él y sus cuatro hermanos quedaron huérfanos y tuvieron que separarse para vivir con sus abuelos. “La peor tragedia que le puede pasar a un niño es la orfandad… es un dolor que te acompaña para toda la vida”, había comentado el periodista en una nota escrita por diario La Hora, en junio de 2007, precisamente cuando recibió el homenaje en la Universidad.

Pese a esos obstáculos, Vivanco tenía el humor intacto. Así lo rememora el periodista Jorge Ortiz, quien comenta, haber tenido la dicha de compartir gratos momentos con él, llenos de conversaciones y reflexiones. “Al ser alguien con gran humor, resultaba grato y placentero charlar con él”, apunta Ortiz para quien ese intercambio de palabras e ideas le dejaron grandes lecciones de vida. Una de ellas es luchar por la independencia que debe tener un periodista más allá de cualquier consideración económica, puesto que el periodismo se debe a la sociedad.  “Ahora que el periodismo ha sido tan desacreditado por los déspotas, vale más que nunca rescatar la figura de un hombre como Jorge Vivanco que tenía tal mística periodística, estaba tan convencido del rol y la utilidad social del periodista, y su deber de luchar por su independencia, más allá de cualquier consideración económica”, comenta Ortíz

Sus amigos y colegas cuentan que, en 60 años, ni los juicios ni los tantos ofrecimientos para ocupar cargos públicos impidieron a Vivanco dejar de hacer periodismo, una profesión que la ejerció con pasión, a pesar de que en sus inicios estudió medicina.

Para Francisco Huerta, compañero de trabajo y amigo de Vivanco en diario Expreso, su fallecimiento pone al país de luto ya que con él se va también un estilo periodístico. “Jorge representaba todo un paradigma de lucha constante contra la corrupción desde sus columnas”. Tanto fue su lucha que hasta integró y fue Presidente de la Comisión Anticorrupción e integró la Comisión Especial para la Investigación del Salvataje Bancario. Además, Huerta destaca su respetabilidad como profesional y como ser humano y, por supuesto, no olvida las anécdotas como cuando solían hacerle bromas por poner «sal a todo», en sus reuniones sabatinas con un ceviche en mano.

El periodista Juan Carlos Calderón, quien compartió durante una década la redacción junto a Vivanco, coincide en que este ejercía su pluma con “democracia y franqueza”. “Era un columnista de fuste”, destaca Calderón quien cree que desde su pluma, Vivanco marcó un hito en el periodismo al denunciar la corrupción en 1995, una de sus columnas llevaron a la salida del, en ese entonces Vicepresidente, Alberto Dahik. El artículo se tituló “Chantaje, solo chantaje”, y en él, el periodista reveló declaraciones de Dahik, quien informó durante un almuerzo con miembros de la prensa que ciertos diputados y magistrados de la Corte Suprema de Justicia habían exigido dinero al Gobierno para aprobar leyes y dictar fallos de interés gubernamental.

Admirado, respetado y muy recordado, así es el legado que deja Jorge Vivanco, un hombre que para sus colegas, no tenía sangre, sino tinta en sus venas y su muerte deja un mensaje de lucha, de no agachar la cabeza ni dejarse amedrentar  y seguir haciendo periodismo. La pasión de Vivanco.

 

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