HISTORIAS FDM
Vender uno de los medios de comunicación más importantes de Ecuador, en plena época de la autodenominada Revolución Ciudadana, no fue una tarea sencilla. Ángel González, magnate mexicano de telecomunicaciones conocido como ‘El Fantasma’, necesitó —además de la billetera y los millones necesarios— esquivar los controles internos del correísmo y contar con buenos aliados políticos, mediante lobby, órdenes a mandos medios y ajustes normativos de última hora. Y todo eso se concretó gracias al pago de sobornos a altos funcionarios del correísmo, en especial los hermanos Alvarado, el exministro Augusto Espín y, posiblemente, el exsecretario jurídico Alexis Mera.
Con esos sobornos se dejó abonado el terreno para una buena negociación de la que, por supuesto, obtuvieron una jugosa tajada.
Una investigación de Fundamedios, realizada mediante entrevistas a excolaboradores de ‘El Fantasma’ y documentos de transacciones, revela los entretelones de la venta de uno de los medios de comunicación centenarios más importantes del país; los acuerdos a los que se llegó en torno a esta negociación, así como los nombres de los ministros del expresidente Rafael Correa —sentenciado por corrupción y prófugo de la justicia— que lucraron directamente de Ángel González.
Un ‘viejo zorro’ para los negocios
Hay que tener algo muy claro: el empresario de medios de comunicación Ángel Remigio González no da puntada sin dedal. Su estrategia es generar un monopolio de los sectores televisivos y radiales, como la forma más eficiente de hacer dinero, al controlar los precios del mercado. Lo hizo en Guatemala, Nicaragua, Honduras y Ecuador.
Antes de realizar la compra de medios de comunicación, ‘El Fantasma’ seduce a funcionarios que tengan nexos con la política local, para acercarse sigilosamente a los gobiernos de turno. Como parte de su estrategia, González genera relaciones con los presidenciables, los apoya con sus medios de comunicación cuando sabe que estos pueden ganar. Después, espera que los favores retornen con contratos de publicidad en sus espacios o mediante acuerdo de servicios, de imprenta, por ejemplo. Este modus operandi del Fantasma se describe en los documentos que aparecieron en el juicio en el estado de Delaware entre Carlos Lorefice y Ángel González.
Esto fue corroborado por un ex alto ejecutivo de Albavisión que participó en varias de estas operaciones. Según él, “Ángel Remigio González no viaja fuera de Estados Unidos y permanece la mayor parte del tiempo en su mansión en Key Biscayne. Si los interesados no viajan a Miami para cerrar los acuerdos políticos —por lo general en restaurantes—, se instrumentan por intermedio de su gente local, que tienen contacto directo con las segundas líneas de los presidentes: ministros, secretarios…”
En Ecuador, ‘El Fantasma’ encontró en los hermanos Vinicio y Fernando Alvarado Espinel los aliados perfectos. En especial Fernando Alvarado quien manejó, entre 2009 y 2015, la comunicación del Gobierno de Rafael Correa. Los hermanos llegaron a ser no solo la mano derecha de Correa, sino el nexo más fuerte con González. ¡Bingo! ‘El Fantasma’ dio en el clavo.
La venta de El Comercio
Según la fuente a la que accedió Fundamedios, los hermanos Alvarado sugirieron a Ángel González la compra de diario El Comercio. Esta habría sido la primera vez que ‘El Fantasma’ se involucra en los medios gráficos. Para animarlo, la misma fuente señaló que los Alvarado le ofrecieron: “pauta oficial en sus nuevos medios impresos; contratación de los servicios de imprenta; un nuevo canal de televisión (una de las exigencias de ‘El Fantasma’ para comprar El Comercio), así como la regulación y entrega de 8 frecuencias de radio en sus manos.” A cambio pidieron parte del control editorial del diario para favorecer al correísmo y USD 530.000.
Un documento del grupo interno de Ángel González, titulado ‘ECU-Detalle negociaciones de JMB e IB’, al que tuvo acceso Fundamedios, describe el plan de pago que se realizó para Ecuador: un desembolso de USD 150.000 por la entrega de la frecuencia de Canal 11, actualmente TVC, y otro pago de USD 350.000 por la regulación y entrega de las frecuencias de Galaxia Stereo, Joya Stereo, Metro Stereo, Tropicálida FM Stereo, Alfa Stereo, Fabu Stereo, HN Radio y Radio Quito.
Para González fue el momento preciso para hacer negocios, ya que tuvo en la mira desde 2014 los negocios que podían llegar con la adquisición de El Comercio. No solo la publicidad oficial ofrecida por los hermanos Alvarado, sino ‘La Reina’ —una de las imprentas más grandes de Latinoamérica— adquirida por Guadalupe Mantilla de Acquaviva en una época de bonanza del Diario en 2010. Como parte del negocio también le ofrecieron la impresión de todo el material gráfico de ese Gobierno, como libros escolares, volantes, afiches….
A González le interesó El Comercio por la cantidad de inmuebles que tiene; entre ellos el Edificio Aragonés, en el sector de La Paz (norte de Quito), una casa patrimonial en la avenida Colón y el extenso terreno donde funciona la sede principal en San Bartolo, al Sur del Quito. A su vez, la familia de Guadalupe Mantilla de Acquaviva, heredera de los fundadores de El Comercio, optó por vender el medio de comunicación por un problema de salud de Fabricio Acquaviva Mantilla, hijo único de la sucesora del emporio mediático quiteño.
El emisario entre el Fantasma y los Alvarado
Fernando y Vinicio Alvarado buscaron a alguien para que fuera el intermediario del negociado con ‘El Fantasma’ y encontraron un aliado perfecto: José María Bacchelli Ortega, un cantante de baladas español que tuvo su auge en los 80. Por un sueldo de USD 15.000 mensuales fue el nexo entre los ministros del correísmo y el zar de medios.
El dinero era entregado por la gente de González a Bacchelli, alias ‘El Cantante’ y este se lo daba a los Alvarado. El documento ‘ECU -Detalle negociaciones de JMB e IB’ especifica que los pagos se realizaron por partes, a medida que las negociaciones avanzaban y se concretaba la entrega de frecuencias de radio y televisión. Por ejemplo, el desembolso de USD 150.000 se hizo así: una transferencia a la compañía Galápagos JMB por USD 28.000; y otro pago de USD 22.000 con cheques. Los USD 100.000 restantes se entregaron cuando estuvo el documento de adjudicación de Canal 11 a su favor.
Tal como estaba pactado, los pagos se realizaron desde empresas relacionadas con los testaferros de Ángel González a Galápagos JMB LLC; una sociedad radicada en la Isla de Nevis, lugar conocido entre los paraísos fiscales más secretos del mundo y con cuenta bancaria en Wells Fargo, de Estados Unidos.
Esta empresa está a nombre de la exmiss Ecuador Gianella Avellaneda y de su esposo, José María Bacchelli Ortega.
Prolasa S.A., una sociedad panameña creada en 1975, realizó los pagos a Galápagos JMB LLC por USD 7.000 y USD 8.000. Entre sus directivos tiene a Jesús Armando González González (México), hermano de ‘El Fantasma’; Guadalupe Carlos Hernández Martínez; y José Luis Yarzabal Burela, prestanombres de González, que aparecen como presidentes en empresas uruguayas.
Otra empresa que realizó un pago de USD 15.000 a Galápagos JMB LLC fue Radio y Televisión Guatemala S.A., compañía centroamericana, actual accionista mayoritaria de la empresa Andivisión S.A., que es concesionaria de la frecuencia Tropicalida Stereo (91.3), de propiedad de ‘El Fantasma’.
Televesiete S.A. realizó dos pagos por $15.000 en 2016 a Galápagos JMB LLC. Esa empresa, de nacionalidad guatemalteca, fue denunciada en 2016 por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, por entregar dinero para el financiamiento ilícito de la campaña del exmandatario Otto Pérez Molina y su vicepresidenta Roxana Baldetti. Es parte del Grupo Albavisión, y accionista de la empresa ecuatoriana Televisión Independiente Indetel S.A. también propiedad de Ángel González.
La gente de González cumplió su parte, ahora tocaba cumplir la suya a los hermanos Alvarado.
El correísmo no defrauda a sus amigos
Ángel González tuvo que superar obstáculos para concretar su emporio en Ecuador, pero el correísmo le puso alfombra.
El primero tenía que ver con su nacionalidad: la Asamblea Nacional aprobó la Ley Orgánica de Comunicación, que prohibía que cualquier extranjero fuera dueño o accionista de medios, exceptuando a quienes vivieran “de manera regular” en Ecuador. La segunda limitación fue que los dueños de medios de comunicación no podían dedicarse a otro tipo de actividad económica. Finalmente, estaba la cantidad de frecuencias que podía tener una persona.
González se encontraba excedido en todo, pero con la ayuda de los hermanos Alvarado y la asesoría de Alexis Mera superó los inconvenientes. Todo salió según lo planificado. El reglamento a la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), aprobado por Rafael Correa, abrió la puerta para que los extranjeros puedan ser dueños de los medios de comunicación en Ecuador. Se dispuso que la prohibición no se aplicará a personas o empresas de países que hubieran suscrito acuerdos o convenios de cooperación comercial o de complementación económica con Ecuador. Uruguay hace parte de esta lista. González, de nacionalidad mexicana, constituyó empresas de papel en Uruguay para captar frecuencias y comprar Grupo El Comercio (considerado como un paraíso) tal como lo publicó Fundamedios el 14 de septiembre del 2020.
Este artículo específicamente fue incorporado como una excepción expresa a pedido de González. Incluso su personal de confianza redactó una propuesta. “Fue una negociación directa que se hizo con el Gobierno de Correa, con los hermanos Alvarado y Alexis Mera, que en ese momento era Secretario Jurídico de la Presidencia”, comentó el ex alto ejecutivo del grupo Albavisión que habló para este informe bajo condición de reserva.
Esto se corrobora en los documentos a los que obtuvo acceso Fundamedios y que forman parte del juicio C. A. No.2019-0356-MTZ radicado en “THE COURT OF CHANCERY OF THE STATE OF DELAWARE” y en el mismo testimonio de Ángel González ante esa misma Corte. Allí se establece que “el equipo de González hizo reestructuraciones corporativas para mover las compañías a distintos testaferros, con lo cual se transfirieron ficticiamente acciones de los medios de comunicación a otras sociedades». De forma tal de que cada uno fuera dueño de lo máximo que permitía la Ley. Todas esas transferencias fueron ficticias porque nunca hubo intercambio de dinero.”
También crearon holdings en Uruguay para que fueran tenedores de esas acciones pues este país estaba protegido por el Reglamento del correísmo a luz de la Ley de Comunicación.
La redacción resiste, pese a todo
Tras 107 años de existencia, Guadalupe Mantilla de Acquaviva vendió Grupo El Comercio. Según cifras extraoficiales por $45 millones, ‘El Fantasma’ logró apoderarse de una de las cabeceras periodísticas más importantes del Ecuador, desde donde administraría su nuevo emporio mediático. Lo hizo por intermedio de la empresa Telglovisión S.A., que tiene un capital de cerca de USD 15,5 millones y cuenta entre sus socios a Blackster de Uruguay y a Telintecomun. En total adquirió el 94,4% de las acciones.
Bajo el poder de ‘El Fantasma’, los hermanos Alvarado pretendieron controlar las decisiones editoriales. El ex-alto ejecutivo de Albavisión describe esa acción como “altamente invasiva”. De hecho, ellos estuvieron tras la salida del periodista Martín Pallares y el despido del periodista Andrés Carrión de Televicentro, nuevo canal de televisión del Grupo El Comercio, que formó parte de las negociaciones.
Tratar de tomar el total control editorial de El Comercio no fue una tarea sencilla, reconoció la fuente y recordó que Carlos Mantilla, designado como Presidente Ejecutivo de El Comercio, siempre quiso que se interfiriera lo menor posible la línea editorial del diario: “Carlos sí influía en las decisiones, para que no fueran tan perniciosas como lo podían ser. Él hacía control de daños…”. Y cita que en ocasiones Mantilla evitó que se dieran despidos masivos de periodistas y trabajadores del Diario.
No obstante, el clima era de un conflicto permanente entre una Redacción que trataba de salvaguardar su independencia y los directivos que operaban para cumplir los acuerdos de los nuevos dueños de El Comercio con el gobierno de Correa. «Mis últimos 3 años en El Comercio y especialmente desde que fui designado Editor General, fueron de una tensión permanente», recuerda el periodista Arturo Torres. “Por un lado, desde la redacción tratábamos de hacer un trabajo periodístico con rigor, independencia y cubriendo los temas de interés público. Pero, al frente, teníamos ejecutivos que permanentemente estaban tratando de aligerar contenidos y vetar contenidos, especialmente, investigaciones periodísticas.”
Torres recuerda que decidió renunciar al Diario porque se trató de impedir, por todos los medios, la publicación de una investigación sobre el patrimonio de los ministros de Lenín Moreno. La fuente de Fundamedios corrobora que la relación estrecha con el poder se mantuvo durante el gobierno de Moreno, aunque no había operadores tan agresivos e invasivos como los hermanos Alvarado.
Pero en otras decisiones la palabra de los Alvarado sí se cumplió. El periodista Martín Pallares recordó que su salida de El Comercio se dió por una retaliación y presión de Vinicio Alvarado. Tres días después de que tuvo un cruce por Twitter con el exfuncionario, le advirtieron que no podía seguir tuiteando. “Me dijeron que no podría seguir usando la plataforma de Twitter, no me dieron detalles”. Pallares decidió usar nuevamente Twitter para criticar un Estado de Emergencia en el cual se retiró la vocería al Instituto Geofísico de la Politécnica para informar sobre el Cotopaxi: “Puse algunas opiniones y después me comunicaron que estaba fuera del diario”.
El combo completo
El 1 de febrero de 2016 ‘El Fantasma’ sumó un canal de televisión a su emporio mediático en Ecuador, como parte de una cadena de favores desde el correísmo. Se trata de Televicentro (TVC) que, apalancado en la marca del centenario diario El Comercio, ocupó una frecuencia de Televisión que pertenecía al Estado y que fue otorgada temporalmente, sin concurso, violando lo que la Constitución y la Ley de Comunicación establecen.
Con los hermanos Alvarado, hubo un incremento en la pauta publicitaria. Asimismo, para ahorrar costos operativos, se realizaron modificaciones a la infraestructura de la sede del diario y Televicentro que empezó a funcionar en las instalaciones de Diario El Comercio, en San Bartolo, en el sur de Quito.
En abril de 2016, ‘El Fantasma’ aprovechó el primer concurso para postular y obtener la concesión de 19 frecuencias matrices y 85 repetidoras. Lo hizo por medio de 18 empresas con diferentes accionistas. Su propósito era evitar ser señalado por concentración de medios; un acto prohibido por la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), como lo reportó Fundamedios en una investigación anterior. Entregar las radios Galaxia Stereo, Joya Stereo, Metro Stereo, Tropicálida FM Stereo, Alfa Stereo, Fabu Stereo, HN Radio y Radio Quito, formaba parte del acuerdo Alvarado-González, como quedó establecido.
El ocaso de los Alvarado
Los Alvarado saborearon por muchos años las mieles del poder. Vinicio y Fernando fueron mano derecha de Rafael Correa. Fernando fue Secretario Nacional de Comunicación y, desde inicios de 2014, estuvo al mando de los medios gobiernistas. Su hermano llegó a ser consejero personal de Correa y Secretario General de la Administración Pública.
En la vida todo lo que sube, tiene que caer… Para las elecciones de 2017 Correa no figuraba como presidenciable y tras la pérdida del trono los hermanos Alvarado se quedaron sin poder. ‘El Fantasma’ los hizo de lado y buscó un contacto directo con Lenín Moreno. Y lo logró: antes de llegar al poder, Moreno mantuvo una reunión en Miami con ‘El Fantasma’, junto a Carlos Mantilla, exdirector general de El Comercio. A cambio de protección editorial en los medios de comunicación del grupo, se mantendrían las frecuencias a su favor.
Moreno tampoco falló a González y, como reveló una investigación de Fundamedios, en las últimas horas de Gobierno entregó al ‘zar de medios’ las frecuencias de cuatro estaciones de radio que, durante el concurso para su adjudicación, habían sido descalificadas por incumplir requisitos: Galaxia Stereo (88.5), Alfa Stereo (104.1), Tropicálida Stereo (91.3) y Like Fm (96.1) continúan al aire gracias a una resolución de 13 páginas que Arcotel cocinó durante los últimos días del gobierno de Moreno.
Para estas negociaciones los hermanos Vinicio y Fernando Alvarado no figuraron.
Vinicio Alvarado fue sentenciado dentro del caso Sobornos 2012-2016 por el delito de cohecho mientras que, Fernando Alvarado fue llamado a juicio por delito de peculado por realizar contrataciones de servicios de comunicación con recursos del Estado. Ambos se encuentran prófugos.
Fundamedios envió a Fernando Alvarado un correo electrónico para obtener una versión sobre el pago recibido por ‘El Fantasma’ a cambio de la entrega de un monopolio mediático. Hasta el cierre de esta investigación no hubo respuesta. No obstante, en una investigación pasada aseguró que no es amigo de Ángel González: “Si fuese amigo, los medios como diario El Comercio, que dicen son de su propiedad, no me hubieran atacado criminal y miserablemente como lo hicieron”.