La libre asociación es un derecho fundamental en cualquier democracia. Está protegido por la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles –ratificado por Ecuador desde 1969- y por la Constitución ecuatoriana, que en su artículo 66, numeral 13, dice: “Se reconoce y se garantizará a las personas: El derecho a asociarse, reunirse y manifestarse en forma libre y voluntaria”.
Con la publicación del Decreto 16 en el Registro Oficial el 20 de junio de 2013, para reglamentar el funcionamiento de las organizaciones sociales, este derecho en el país corre riesgo. En su artículo 7, numeral 10, dispone que: “las organizaciones (…) no podrán negar el ingreso a las personas que tuvieren interés legítimo a participar en ella”. Organismos nacionales e internacionales han señalado que esta es una clara violación al derecho que tiene toda persona a asociarse libremente con personas de su elección para fines lícitos.
El Decreto da gran discrecionalidad a un funcionario de Estado para determinar si un solicitante cumple o no con el requisito “ambiguo” de no afectar “la paz pública”. Y cualquier de estos requisitos pueden convertirse en una causal de disolución, desembocando en cierres forzosos como el caso de la Fundación Pachamama.
¿Cuáles son las contradicciones de este Decreto con el derecho internacional?, ¿la sociedad civil en la Revolución Ciudadana tiene algún papel?, ¿cómo afecta esta resolución presidencial a movimientos históricos como el indígena? Este libro busca las respuesta a estas preguntas e intenta ser una guía para la defensa de un derecho fundamental como la libertad de asociación.