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INVESTIGACIONES

‘Un troll center vuelve a hacer de las suyas en el país’

Ago 2, 2022 | Investigaciones

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23 periodistas y medios de comunicación han sido atacados directamente en los últimos meses por enjambres digitales que deslegitiman a sus adversarios en la red con el objetivo de que su narrativa prevalezca. Una vieja práctica de guerra digital sucia, que se consolidó durante una década, regresó. Es un hecho: el correísmo soltó nuevamente a su ejército digital… 

A las puertas de las elecciones seccionales del 2023, desde el correísmo se reactivó un troll center para atacar a todos aquellos que han cuestionado su proyecto político, a sus líderes o principales postulados. En esta batalla digital, los periodistas se han convertido en un blanco común de los ataques de estos enjambres digitales que —a través de una guerra sucia y tácticas de acoso— intentan desprestigiarlos de manera concertada, sistemática y, en ocasiones, intimidatoria.

Pero, ¿qué es un troll center? Se refiere al uso de miles de cuentas administradas por pocas personas en redes sociales, con el propósito de defender una postura política, un discurso o una narrativa ante la opinión pública y en la generación de información o contenido en internet.

Los troll centers del correísmo tienen la característica de activarse en determinadas coyunturas, cuando necesitan sentar un discurso o atacar un mensaje adversario. Se activaron en octubre de 2019, durante la pandemia del coronavirus para sembrar desinformación; durante la liberación del expresidente Jorge Glas —sentenciado por corrupción—, en abril de 2022; durante el paro nacional de junio de 2022 y ahora, a puertas de las elecciones seccionales, con un claro objetivo: de posicionar al correísmo y atacar a quienes van contra su construcción narrativa. 

Los periodistas, un blanco inevitable

Los trolls son precisos, tecnológicos e implacables a la vez, atacan en enjambres y los periodistas tienen un componente que los convierte en uno de sus blancos preferidos: la imagen y el impacto que tienen en la opinión pública. No es casualidad que los más grandes ataques contra periodistas se hayan producido cuando se han realizado críticas o cuestionado las principales líneas discursivas del correísmo.

Entre abril y julio, Fundamedios ha detectado 23 agresiones fuertes desde troll centers en contra de periodistas o medios de comunicación (18 periodistas, 5 medios de comunicación) que han vulnerado la calidad de la libertad de expresión en las redes, incluso con fuertes discursos misóginos.  

El uso de discursos repetidos, frases trilladas y ataques fuertes desde cuentas con pocos seguidores es uno de los elementos comunes de las agresiones digitales contra periodistas. 

El método…

Así como existe una ‘deep web’, existe un mercado publicitario que opera en la clandestinidad. Este ofrece un sinnúmero de paquetes para redes sociales: desde obtención de seguidores inexistentes para incrementar un perfil, hasta la activación de ejércitos trolls que atacan blancos específicos, con el propósito de posicionar una narrativa. 

Dos expertos consultados, que solicitaron la reserva, aseguraron que el costo promedio de un ejército digital —capaz de detectar agresiones y posicionar narrativas a nivel nacional— puede llegar a bordear los USD 250.000 mensuales. Esta cifra no es distante de la recogida por la en la investigación ‘Tropas, Trolls y Alborotadores: un inventario global de la manipulación organizada de las redes sociales’, publicada en 2017 por Samantha Bradshaw y Philip N. Howard, de la Universidad de Oxford.

El estudio sostiene que las tropas cibernéticas gastan fuertes sumas de dinero en sus operaciones y señala que la cantidad de información disponible públicamente sobre presupuestos y gastos es relativamente limitada: “Sin embargo, podemos informar sobre algunos números (…) Por ejemplo, Ecuador, que subcontrata la actividad de las tropas cibernéticas a empresas privadas, gasta, en promedio, USD 200.000 por contrato”, destaca la investigación realizada durante el Gobierno de Correa. 

Existe una metodología: en primer lugar, un señalamiento del blanco —como un cazador digital que apunta con un rayo láser a su presa— por parte de los dirigentes políticos o autoridades: un tuit que da la señal de a quién deben atacar. En este caso en todos los ataques uno de los caballos de Troya es la etiqueta #LosCorrupstosSiempreFueronEllos, usada arduamente por el expresidente prófugo.

Una vez identificado el blanco, entra en acción un segundo nivel, que replica el mensaje. Generalmente son políticos, asambleístas y páginas alineadas. El tercer nivel es el más agresivo y para esa etapa entran en acción las cuentas troll o bots (cuentas creadas mediante un software que desarrolla funciones de manera automática y busca asemejarse a la conducta humana), que son las que lanzan los ataques y agresiones más fuertes y, como pirañas, destruyen a su presa. 

 

Fundamedios aplicó a los mensajes contra periodistas provenientes de líderes del correísmo la herramienta Treeverse —cazadora de trolls—, que abre un mapa en el cual se visualizan las cuentas de las personas que más interactúan en una publicación. Se determinó que el mayor porcentaje de cuentas que interactuaron son trolls, que cuentan con menos de 50 seguidores (más trolls), tienen fotos falsas, imágenes de paisajes y que son precisamente los que lanzan los discursos más fuertes contra la prensa.   

Un troll center que se reactiva

La presencia de troll centers correístas no es nueva en Ecuador. La investigación ‘Tropas, Trolls y Alborotadores’, de la Universidad de Oxford, asegura que durante el Gobierno de Correa se lanzó el sitio web ‘Somos Más’, para investigar y responder a los usuarios de las redes sociales que criticaban al Gobierno, que lo concebía como el espacio para que los ciudadanos se unan a la lucha para terminar con “los abusos de las redes sociales”. 

Señalan que el sitio web enviaba actualizaciones a los suscriptores cuando un usuario de redes criticaba al gobierno de Correa, lo que permitía a sus partidarios “atacar colectivamente a los disidentes políticos”. El documento destaca que estas cibertropas se empleaban bajo el poder Ejecutivo: “En Ecuador, las actividades de las tropas cibernéticas se han vinculado a la oficina del Presidente”, concluyó en ese entonces. 

En 2019, Primicias informó que un archivo incautado por la Fiscalía reveló las transacciones realizadas en Guayaquil por Alianza PAIS. Uno de los pagos fue de USD 15.000 a Javier Sarmiento, uno de los accionistas de Ximah Digital, una agencia guayaquileña de los hermanos Vinicio y Fernando Alvarado, dedicada a crear cuentas ‘troll’ o anónimas. 

En 2020, Código Vidrio reveló que en Quito se identificó la operación de 18 troll centers y que parte de estas tropas digitales fueron creadas desde el Gobierno de Correa, con recursos de la Senain y la Secretaría de la Administración.

Recientemente, nuevas alertas fueron lanzadas por el asambleísta independiente Fernando Villavicencio, quien identificó a los supuestos responsables de manejar uno de los troll centers del correísmo: “Un poderoso troll center correísta opera en la Asamblea, a través de varios asesores parlamentarios, utilizando recursos públicos. Ataques infamantes, videos falsos y acusaciones temerarias a asambleístas y políticos se difunden en sus redes. Aquí los primeros”, publicó el legislador en Twitter. 

Villavicencio señaló públicamente a Alejandro Peñaherrera Kost (en el medio en la foto) como uno de los operadores del troll center correísta. Él estuvo involucrado en el Gobierno de Correa desde 2011, como técnico de la Secretaría Nacional del Agua, asesor político en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y coordinador zonal del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.

El legislador independiente incluso solicitó un sumario administrativo —a través del Memorando Nro. AN-VVF-2022-0062-M, dirigido al coordinador de Talento Humano de la Asamblea— en contra de Alejandro Peñaherrera, asesor del legislador por El Oro Carlos Zambrano (UNES), por un supuesto delito de faltas administrativas graves. El legislador acusó a Peñaherrera de proferir improperios en contra de un colega durante la jornada laboral.

Fundamedios se contactó con Peñaherrera Kost, para conocer su posición respecto a la denuncia de Villavicencio, pero él indicó que no tiene nada que decir. “Si él tiene las pruebas, que las presente”, indicó. 

Al preguntarle si niega las acusaciones, contestó que la Fiscalía iniciará el proceso correspondiente, por lo que prefirió abstenerse de contestar la pregunta. “Todo se encontrará en la página de la Fiscalía los próximos días”, señaló. 

Arturo Torres, director del portal Código Vidrio, quien ha investigado trolls centers políticos, asegura que el correísmo tiene varias estrategias, pero que ningún otro movimiento ha aplicado una tan sostenida a través de troll centers. 

Desde 2013, asegura Torres, se empezaron a crear cuentas coordinadas en redes sociales para construir una narrativa de “buenos y malos” y así satanizar a los opositores en el espacio digital. Las investigaciones de Torres apuntan a que la construcción de un troll center correísta empezó desde el segundo gobierno de Rafael Correa —hoy sentenciado por corrupción y prófugo de la Justicia—, con ingredientes comunes, como sistematizar y atacar coordinadamente. Destacó que se trata de una maquinaria estructurada, que ya camina sola y tiene ventajas porque conocen bien cómo hacer guerra sucia en redes: “Los trolls llegaron para quedarse”. 

El ataque de un troll center pretende desgastar, el periodista resiste

18 periodistas ecuatorianos que han cuestionado las narrativas del correísmo en redes sociales han sido blancos de repetidos ataques sistemáticos del troll center: César Ricaurte, Arturo Torres, Yalilé Loaiza, Juan Carlos Aizprúa, Jhonatan Carrera, María Sol Borja, Silrrat Traslaviña, Doménica Vivanco, Marlon Puertas, Carlos Rojas, Alfonso Espinosa de los Monteros, Janet Hinoztroza, Claudia Roura, Sara Ortiz, Andersson Bonscán, Rafael Cuesta y Luis Eduardo Vivanco.

En todos los casos se ha repetido el mismo modus operandi digital cuyo propósito es el hostigamiento y la autocensura. Yalilé Loaiza, periodista de Infobae, fue víctima de ataques e insultos luego de realizar una entrevista con el presidente, Guillermo Lasso. “La prensa es basura” “plaga”, “lamebotas”, “basura de entrevistadora” y más. Ella logró incluso identificar cuentas como la de Anonymous, que constantemente lanza ataques.  

“En mi caso, lo primero que revisé fueron insultos constantes, como descalificativos a mi trabajo periodístico. Hay cuentas famosas, con varios seguidores, cercanas al correísmo, que publican los insultos y se activan los troll centers”, dijo. Explicó que estas cuentas están identificadas claramente con el logo de la autodenominada  revolución ciudadana. 

A nivel psicológico, Loaiza comentó que no se siente afectada pero sí reconoce que buscan desmoralizar al periodista para que luego se cuestione si publicar o no algo, y eso cae en la autocensura. “Es desgastante tener que ver tantas cuentas dando clases de periodismo o insultando. Uno ignora los comentarios, pero ya en un punto esperas que se termine”, dijo. 

Maria Sol Borja, periodista y editora de GK, también ha tenido experiencia con el discurso misógino en redes sociales, por defender a una colega de los ataques del correísmo. “En mi experiencia, yo he tenido ataques de troll centers de todos lados. Del Gobierno tienen incluso una línea gráfica. En el tema del correísmo es una fanaticada completamente violenta”, explicó. 

La periodista señaló que desde el correísmo se utilizan medios afines —“no sé si se puedan llamar medios”— para emitir comentarios en su contra. Indica que la han descalificado por su esposo o su padre, aduciendo que son de un partido político u otro. Ella ha tomado medidas para que no puedan insultarla por su vida íntima.  Comentó que hay mucha violencia de género y que eso no es un sello del correísmo, sino de todos los ámbitos. 

“Es agotador, aunque me considero una persona con carácter fuerte. A veces me pasa que no quiero hablar o decir algo porque sé que se van a desatar los trolls”, dijo. Incluso, ha borrado tuits cuando las cosas se ponen más violentas. También ha intentado silenciar o bloquear cuando los insultos se vuelven muy fuertes, por guardar su salud mental: “no tengo por qué aguantar la basura de la gente”. Según Borja, a las mujeres periodistas las mandan “a la cocina” o las llaman “putas” y hacen comentarios con relación a los hombres que están en su vida íntima. 

Por su parte, el gerente general de TC Televisión, Rafael Cuesta, indicó que a los trolls correístas no los lee, dado que tiene sus cuentas de redes sociales privadas y con candado y solo quienes aprueba pueden comentar sus publicaciones. “Por ahí se me escapa uno que otro. Pero, nunca falta que me envían los comentarios mis amigos cercanos. No solo de los correístas, sino a todos los trolls”, señaló. Según Cuesta, ellos “pueden decir lo que les dé la gana, todo es mentira y lo que no, es una opinión malintencionada”.  

El periodista comentó que ellos quieren que se victimice y prefiere no caer en eso. “Para mí son gajes del oficio, el periodismo trae esto. Uno está expuesto, así como pedimos que los funcionarios públicos tengan tolerancia, nosotros también tenemos más exposición”. Él aseguró que seguirán insultando y eso no va a cambiar. Eso sí, resaltó que “es una pena” que haya personas que se ganen la vida de esta manera. Según Cuesta, es una actividad “desagradable”.

Janet Hinostroza fue una de las primeras periodistas atacadas por el troll center del correísmo este año, luego de cuestionar la liberación del exvicepresidente Jorge Glas, obtenida con un polémico Hábeas Corpus, que después fue revocado. 

La periodista comentó que, si bien los ataques han disminuido desde que Correa se fue del país, todavía hay grupos que persisten en desprestigiar a los periodistas atacando sus denuncias u opinión en redes sociales: “La mayoría de los ataques son misóginos, sexistas y denigrantes”. Destaca que la experiencia vivida ha sido indignante y desagradable. Sin embargo, asegura, ha aprendido a mantenerse firme. “Mientras más atacan, es porque mis denuncias o mi opinión les han resultado más incómodas”, indicó. 

Agregó que no ha sido fácil, y a nadie le puede pasar desapercibido una constante retahíla de insultos y ofensas, pero que lo importante es no tomárselo personal, no caer en su trampa y no darse por vencido. “Hay que seguir con nuestro trabajo y aprovechar la posibilidad de llegar a miles de personas con tu mensaje”.

El correísmo niega la existencia de un troll center

Dentro de la estructura y manejo de un troll center existen cuentas, cuya expresión desencadena ataques trolls. Una de esas es la del exlegislador por UNES Fausto Jarrín. Él, sin embargo, negó categóricamente la existencia de un troll center comandado por el correísmo: “Lo que existe es un troll center del Gobierno, basta con revisar las cuentas que replican y difunden lo que dicen ciertos actores políticos afines”, comentó. 

Para Jarrín, los periodistas, políticos y autoridades “cosechan lo que siembran en las redes” y señaló que el Gobierno actual tiene equipos de difamación de los que políticos y periodistas son  “víctimas”. 

Al preguntarle sobre cuentas de trolls afines al correísmo que insultan a periodistas, dijo que son cuentas del Gobierno. “No necesariamente son perfiles afines al correísmo que contestan de mala manera. Hay de todo tipo”, indicó.

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