La muestra del artista guayaquileño Marco Alvarado, titulada: “Difícil de leer, entre mi luto y mi fantasma”, fue censurada y clausurada antes de tiempo, tras pedido de la alcaldía de Cuenca, luego de haber recibido quejas de las órdenes religiosas de esa ciudad, ubicada al sur del Ecuador, según fuentes consultadas por Fundamedios.
Según narró el artista, la censura se dio el pasado 13 de noviembre de 2017, durante una visita de Alvarado al Museo de las Conceptas, en donde se alojaba la muestra y tras dar una charla a estudiantes. Allí, uno de los asistentes se alteró por una de sus imágenes, específicamente, por la obra “Catalino”, a la cual cuestionó por mostrar a una pareja en posición de “perreo”, como cuando se baila reguetón. Según el artista, esta obra muestra un collage autobiográfico en el cual se burla de su época de ‘latin lover’, por lo que, en ningún momento hace o pretende ofender a la fe católica.
Posteriormente, la escena se tornó violenta y el estudiante empezó a dar golpes a una urna de vidrio y a gritar, tildando el trabajo del artista de pornográfico, anticatólico y que ofendía al Ecuador. “Todo iba bien, hasta que al final de la visita guiada, un joven se me acerca y me pide que le explique de una obra y comienza a levantar la voz, ponerse agresivo y acusarme de exponer pornografia”, apuntó el artista, quien comentó que tras esto sus compañeros lo sacaron y se disculparon por el incidente.
Sin embargo, el hecho no quedó ahí y luego de tomarse un descanso para el almuerzo, regresó a las 17:00 al Museo para recibir la noticia de parte de la directora, Mónica Muñoz, quien le comunicó que, tras recibir una llamada de un funcionario de la Alcaldía, al parecer un asesor del área cultural, le exigió que la obra debía desmantelarse, a pesar de que su permanencia estaba planificada hasta el 15 de febrero.
Alvarado aseguró que la Directora del Museo respaldó la obra y que hasta puso a disposición su cargo, pero que el pedido de censura tuvo más peso, puesto que, a su criterio, vino desde tres vías; la curia, el Municipio y las monjitas del convento en donde se encuentra el Museo.
Para el artista, esta censura responde a una decisión ligera de la Iglesia y calificó de ridículo el hecho que se haya dado cabida a los deseos de un muchacho fanático religioso de quien no entiende qué tipo de poder tiene sobre la Iglesia o el Municipio.
El secretario de la Curia, Joffre Astudillo aseguró, en declaraciones recogidas por el diario local El Tiempo que entiende que el autor haya querido plasmar su realidad personal pero que se trataba de un espacio en el que la exposición no tenía consonancia. (…) Se usaron ahí imágenes sagradas, no nos dejamos llevar solamente por el criterio de la gente o de este chico”, dijo.
Por su parte, la directora del Museo dijo, en declaraciones para ese diario local, que las madres se han sentido afectadas por esta polémica y que como dueñas de casa tienen todo el derecho a manifestarse. “Estoy haciendo algo con mucha pasión y responsabilidad y con ella asumo que cometí un error de criterio, pensé que en este espacio se podría reflexionar maduramente sobre un tema que para mí no estaba afectando a los intereses de la Iglesia”.
El artista afirmó que la obra será reubicada en otro museo y que ha recibido el respaldo de la Casa de la Cultura en Cuenca, por lo que este 6 de diciembre tiene planificado relanzar la obra.