Dos de los talleristas de este encuentro explican la importancia de que el periodismo mire más hacia la Amazonía. El encuentro arranca el próximo miércoles.
Puyo está lista para acoger uno de los eventos más importantes en el ámbito del periodismo ambiental de Ecuador y los países de América Latina: La ‘II Cumbre amazónica de periodismo y cambio climático. El encuentro, organizado por Fundamedios, con el respaldo y auspicio de organizaciones ciudadanas nacionales e internacionales y medios de comunicación, se llevará a cabo la próxima semana, del 14 al 16 de junio.
La agenda cuenta con 13 talleres, 5 conferencias, 7 mesas de trabajo y 7 ponencias académicas. Un total de 47 especialistas nacionales e internacionales compartirán una visión panorámica y enriquecedora sobre el cambio climático y sus consecuencias desde campos académicos, periodísticos y de activismo ambiental.
Durante estas diferentes actividades de formación y discusiones se abordarán temas fundamentales, como el cambio climático, la importancia de la cobertura periodística de la Amazonía y la crucial batalla contra la desinformación. En consecuencia, los periodistas podrán redescubrir cómo su trabajo puede marcar la diferencia en un mundo donde a menudo se ignoran lugares alejados de la vida urbana cotidiana, como la Amazonía.
El objetivo principal de este encuentro, según el director de Fundamedios, César Ricaurte, es fomentar diálogos, establecer contactos y generar nuevas agendas de investigación periodística que destaquen las complejas realidades ambientales, especialmente en la Amazonía.
En consecuencia, esta cumbre ofrece una oportunidad única para periodistas y comunicadores, para fortalecer sus habilidades y conocimientos en la cobertura del cambio climático.
A continuación, les presentamos el criterio Franklin Vega y de Ana Cristina Alvarado, dos de los especialistas en periodismo ambiental que compartirán sus experiencias para mejorar la cobertura periodística ambiental y del cambio climático.
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Franklin Vega
Editor, Bitácora Ambiental (Ecuador)
Periodista especializado en temas ambientales.
¿Cuál es la importancia de que el periodismo mire más hacia la Amazonía?
Como país y como ciudadanos, tenemos una deuda con la Amazonía. Tradicionalmente, la hemos percibido como un lugar lejano, una especie de aventura fantástica, similar al mar insondable, y la hemos considerado únicamente como una fuente de recursos.
Sin embargo, la Amazonía es un territorio complejo que se encuentra experimentando una degradación paulatina. Además, alberga a pueblos en aislamiento voluntario y grupos de personas que viven sin interactuar con nuestra cultura occidental de manera significativa.
Dentro de este conjunto, la Amazonía ofrece una amplia gama de servicios ambientales que benefician, no sólo a Ecuador, sino al mundo entero.
En consecuencia, es de vital importancia examinar la Amazonía desde la perspectiva periodística, ya que es una parte integral de Ecuador. Más allá del cliché de que es el «pulmón del planeta» (aunque los océanos desempeñen ese papel), la Amazonía es el lugar del cual extraemos recursos, como madera, petróleo y palma africana. Lamentablemente, también es una de las regiones más descuidadas del país en términos de servicios básicos, educación y salud. Las sociedades que habitan en la Amazonía enfrentan numerosas dificultades.
Por lo tanto, es nuestra responsabilidad, como periodistas y como ciudadanos en general, abordar las relaciones socioambientales de la Amazonía. El expresidente Galo Plaza Lasso tenía una frase que decía que el Oriente es un mito, pero no es así. El Oriente es una región que necesita atención, una mirada crítica y que todos sepamos qué está pasando.
¿Cuál es el mensaje central del taller que impartirá en la cumbre?
En el taller que dictaré sobre pesca ilegal, el tema central va más allá de las cifras de tiburones y mantarrayas. Se trata de adoptar una perspectiva crítica hacia los problemas ambientales en general y, por ejemplo, abordar el concepto de captura regulatoria. Este término, utilizado por algunos investigadores, describe cómo varios sectores productivos terminan ejerciendo influencia sobre las autoridades encargadas de regularlos.
En el caso específico de la pesca, resulta evidente la influencia del sector pesquero industrial en las regulaciones y normativas. De hecho, obtener información oficial sobre pesca y desembarques de tiburones, por mencionar una especie, es complicado e incluso casi imposible. A pesar de haber realizado 10 solicitudes de información, no he logrado obtener datos oficiales y directos. Sin embargo, a través de otras fuentes, he obtenido comunicaciones internas que se han filtrado desde el mismo ministerio.
En el caso de los tiburones, he logrado determinar que el 60% de las exportaciones de esta especie corresponde a la gran industria pesquera ecuatoriana, a los barcos grandes de más de 60 metros de casco de acero, es decir, a los barcos industriales, conocidos como palangreros. Por otro lado, los barcos pequeños de madera que arrastran la fibra, apenas representan el 30% de las exportaciones de aletas y tiburones.
Por lo tanto, existe un desequilibrio de desinformación que intenta atribuir la responsabilidad a los palangreros como los principales responsables de la disminución de las poblaciones de tiburones. Sin embargo, al profundizar en el tema, se observa que no son los palangreros de barcos de madera, en general, los principales implicados, sino los barcos industriales.
Ana Cristina Alvarado
Periodista, La Barra Espaciadora (Ecuador)
¿Cuál es la importancia de que el periodismo mire más hacia la Amazonía?
Porque la Amazonía es más del 50% de Ecuador y conforma un gran porcentaje del territorio sudamericano. A lo largo de décadas, esta región ha sido descuidada, considerada simplemente como un espacio para extraer riquezas, sin tomar en cuenta el hecho de que allí han vivido históricamente cientos de pueblos indígenas que han logrado convivir de manera sostenible con su exigente entorno natural, sin agotar sus recursos.
A partir de la primera década del siglo XX, esta situación cambió, especialmente en Ecuador, cuando comenzaron las exploraciones petroleras. Esto también ocurrió en otros países de la cuenca amazónica, donde existían intereses petroleros y mineros. Surgió así un nuevo proceso de colonización, en el cual los estados, en este caso Ecuador, buscaron extraer petróleo de la Amazonía para llenar las arcas fiscales, pero esto se hizo a un costo muy alto para los habitantes de la región, su cultura y el medio ambiente.
Durante este tiempo, se han perdido diversas nacionalidades indígenas. Por ejemplo, los Tetetes desaparecieron desde que Texaco y la colonización ingresaron a la Amazonía ecuatoriana. Hoy en día, la industria hidrocarburífera sigue generando numerosos problemas, ya que los derrames de petróleo son constantes.
Además, persisten graves pasivos ambientales desde la época de Texaco, que son comparables al derrame de petróleo en el Golfo de México en 2010. Por lo tanto, todavía enfrentamos una gran cantidad de problemas sociales y ambientales, a los que se suman nuevos problemas derivados de la transición ecológica. Actualmente, el Estado ecuatoriano y los gobiernos que se suceden ven a la Amazonía como un lugar para la extracción de minerales, oro y cobre, pero esto ha tenido un costo social y ambiental extremadamente alto.
Quiero dejar claro que, tanto la minería considerada ilegal como la legal, son igualmente dañinas, ya que en Ecuador ningún proyecto extractivo, ya sea petrolero o minero, ha cumplido con el derecho de consulta previa, libre e informada que debe aplicarse a los pueblos y nacionalidades. Incluso no existe una normativa para implementar este tipo de consulta, a pesar de que está contemplada en la Constitución.
Además, con los problemas del narcotráfico los ríos de la Amazonía están siendo utilizados como caminos para sacar la droga a Brasil, transportarla entre Ecuador, Perú o Colombia o para sembrarla y procesarla. Entonces, están pasando muchos problemas a una región a la que no le estamos prestando atención y hay nacionalidades que han sufrido el acoso de grupos armados en cuanto a la extracción de la minería ilegal.
¿Cuál es el mensaje que llevarás a la cumbre?
El mensaje central de mi ponencia se centra en el reportaje que realicé sobre los nuevos caminos que están deforestando el territorio Huaorani. En este sentido, destaco cómo la organización de los pueblos y nacionalidades contribuye a fortalecer la gobernanza territorial. Con organización me refiero a la colaboración entre la nacionalidad Huaorani y diversas organizaciones, como Ecociencia. Gracias a este trabajo conjunto, en el que participan monitores de territorio Huaorani y técnicos geógrafos especializados en imágenes y mapas satelitales, se han logrado identificar de manera temprana varias actividades ilegales y amenazas relacionadas con la apertura de carreteras. Además, se han levantado alertas y se ha logrado evitar la expansión de estas carreteras.
Encontraron, por ejemplo, carreteras que permanecían abiertas y que eran utilizadas precisamente por aquellos interesados en extraer madera de balsa, aprovechando que las carreteras ya estaban abiertas para acceder a los ríos y extraer oro.
Por lo tanto, el mensaje principal de mi ponencia es que las guardias indígenas juegan un papel fundamental en la protección de los territorios y la conservación ambiental. Varios estudios han demostrado que los pueblos y las nacionalidades indígenas son los más adecuados para cuidar y conservar estos territorios. Hay índices y datos concretos, no se trata sólo de un relato.
Si bien es cierto que las carreteras son necesarias para acceder a servicios de salud, facilitar la comercialización de productos, entre otros, el problema radica en que, al menos en el caso que yo pude investigar en Ecuador, estas carreteras se están construyendo sin una planificación clara y con un costo de daños ambientales.