Tras el anuncio del asilo político otorgado a Julian Assange, fundador de Wikileaks, por parte del gobierno de Rafael Correa, el tema de la libertad de expresión en el Ecuador ha sido el eje de muchas notas de prensa en medios de todo el mundo.
El diario español El País expuso el hecho bajo el título “El efecto Assange irrumpe en la escena política ecuatoriana”. La nota destaca que la medida genera nuevas discusiones en una opinión pública polarizada. Los críticos cuestionan cómo el Gobierno ecuatoriano encajará el tema en la política nacional cuando Assange, considerado por sus seguidores como defensor de la libertad de información, tramita asilo en un país cuyo régimen no otorga entrevistas a los principales medios privados nacionales y se ha querellado contra periodistas, editorialistas y dueños de periódicos por lo que considera “difamaciones” en su contra.
En otra de sus noticias, “Los 11 motivos en los que se basa Ecuador para conceder asilo a Assange”, se aduce que una de las razones más importantes para proteger al periodista australiano es que se trata de un profesional de la comunicación, que ha sido premiado por defender la libertad de expresión y de prensa. Además se menciona que compartió información privilegiada, relativa a varios países, con otros medios.
La cadena estadounidense CNN, bajo el mismo esquema, tituló a una noticia “11 razones por las cuales Ecuador le otorgó asilo a Assange”. En el reportaje se explica que el Ecuador considera al fundador de Wikileaks un ícono de la libertad de expresión y defensor de los derechos humanos.
“Julian Assange se aferra al sueño Wikileaks con ayuda de Ecuador” es como se denomina otra nota de la cadena estadounidense, en la que se resalta la opinión del cofundador del Foro de Democracia Personal, Micah Sifry. Parte de esta alega que es irónico y triste ver a Assange pedir ayuda a un país con un terrible récord en libertad de prensa para evitar caer en las manos de otros Gobiernos, como el de Estados Unidos que también quiere interrogarlo.
La cadena BBC publicó “Lo que gana Correa con el asilo a Assange”. El análisis presenta el criterio del politólogo Santiago Basabe, quien se enfoca en que el discurso del periodista australiano se centra en la defensa a la libertad de opinión, de prensa y de expresión de la ciudadanía. Señala que resulta paradójico que Ecuador quiera reflejar ese discurso en la concesión de un asilo, cuando ha sido duramente cuestionada en foros internacionales la forma en que el Gobierno comprende el concepto de democracia.
El diario Clarín de Argentina presentó la noticia “Correa quiere asilar a Assange y envía al exilio a periodistas de su país”. En el reportaje se pone en evidencia que a Emilio Palacio, exeditor de Opinión del diario El Universo, Estados Unidos le otorgó el asilo el 17 de agosto: un día después de que el régimen de la Revolución Ciudadana le concedió el asilo a Julian Assange. Por último se puntualiza que Ecuador es uno de los pocos países occidentales que aún criminalizan “expresiones ofensivas” para funcionarios públicos, mediante de leyes de desacato.
El periódico argentino, también enfrentado a la administración de la presidenta Cristina Frnández, recogió las declaraciones de Assange desde el balcón de la embajada ecuatoriana en Londres en la noticia “Assange pide a Obama que frene la caza de brujas contra Wikileaks”. Allí enfatizó que mientras Obama lo persiga y lo amenace, estará amenazada la libertad de expresión de toda la sociedad.
Entre tanto, diario El Tiempo, de Bogotá, planteó el tema bajo el título “No hay terceras intenciones con el asilo a Assange”. En una entrevista, el embajador de Ecuador en Colombia, Raúl Vallejo, asegura que el propósito del Gobierno ecuatoriano al conceder el asilo al fundador de Wikileaks es corresponder a una consideración ética y humanitaria. Niega que el objetivo real fuera el borrar las supuestas violaciones a la libertad de prensa en el país.
En una segunda nota denominada “Caso de Assange recuerda otros episodios de famosos que buscaron asilo”, cambia de eje y se manifiesta la contradicción de que la administración de Correa haya acogido en su seno a un “defensor de la libertad de prensa”, un principio que el Presidente pisotea a cada momento.
Bajo la misma línea editorial, la revista colombiana Semana difundió una serie de entregas noticiosas y artículos de opinión referentes al tema: “Periodistas resaltan la incoherencia de Correa en el caso Assange”, “Correa y Assange, extraña pareja”, “¿Puede Wikileaks sobrevivir sin Julian Assange”, “¿Puede Estados Unidos procesar a Julian Assange por las filtraciones de Wikileaks?” y “¿Asilo diplomático para Julian Assange?”, de Kai Ambos. En las notas mencionadas sobresale el hecho de que el presidente Correa decidió enfrentarse a Inglaterra para proteger a quien ha definido como un luchador de la libertad de expresión, pese a que ha clausurado una veintena de medios en el último año.
Por su parte, el diario peruano El Comercio publicó “El asilo a Julian Assange, un movimiento calculado de Rafael Correa”. En dicho análisis, el politólogo Vicente Torrijos opina que el asilo otorgado al periodista australiano provee al Primer Mandatario de una “gigantesca cortina de humo” con la que pretende ocultar la forma en la que trata a la prensa en su país.
El Universal, periódico venezolano, resaltó la opinión del analista de derecho internacional Adolfo Salgueiro en la nota “Libertad de expresión es el tema de fondo en el caso Assange”. Salgueiro señala que el asilo diplomático de Ecuador a Julian Assange beneficia tanto al fundador de Wikileaks como al presidente Correa, quien limpia su nombre de las acusaciones de ataques a medios de comunicación y a la libertad de expresión; además