FUNDAMEDIOS se solidariza con el dirigente gremial médico y activista Carlos Figueroa tras el atentado que sufrió su vehículo, el cual apareció calcinado en Manta este 12 de febrero, luego de haber desaparecido en Quito a finales de enero, en condiciones que no han sido esclarecidas.
A pesar de que Figueroa cumplió una sentencia de seis meses en prisión y ha estado alejado de la palestra pública, llama la atención las condiciones en las que se perpetró la desaparición y quema de su vehículo y por esa razón exigimos a las autoridades que se investiguen las causas, se den con los responsables y se preste la seguridad necesaria para precautelar la vida de Figueroa y su familia.
En marzo de 2014, luego de un juicio que inició de forma personal el ex Presidente Rafael Correa y al considerar que Figueroa sufrió persecución durante el proceso penal, Fundamedios solicitó y obtuvo medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que también se extendieron a Cléver Jiménez y Fernando Villavicencio. En agosto de 2016, la Comisión ratificó las medidas cautelares que al final no fueron acatadas por el Gobierno. Hoy el caso está en espera de pasar a la Corte Interamericana de DDHH.
Para Figueroa, quien ha denunciado ser víctima de actos de seguimiento y espionaje durante el proceso penal por injurias que le siguió el expresidente Rafael Correa, este hecho podría tomarse como un acto de intimidación a la gente que investiga casos de corrupción. “Este mensaje es para mis amigos que han arriesgado su vida en las investigaciones del mayor atraco de la historia nacional”, escribió el activista en su cuenta personal de Twitter, en referencia a sus amigos Cléver Jiménez y Fernando Villavicencio, con quienes fue sentenciado en 2014 por exigir que se investigue a Rafael Correa por su participación en los hechos del 30 de septiembre del 2010.
Denuncia que fue desechada y calificada de maliciosa y temeraria por el Fiscal General del Estado y con la que se dio paso al juicio por injurias.
Al respecto, Figueroa también responsabilizó al Estado y a sus organismos de seguridad por su integridad, la de su familia y la de sus “compañeros de lucha”.