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Actividades | Notas de Prensa

‘Los medios no deben caer en la tentación de difundir lo que el crimen quiere’ 

Ene 10, 2024 | Actividades, Notas de Prensa

Ecuador 10 de enero de 2024· La fuga de uno de los criminales más violentos y poderosos desató una ola de violencia sin precedentes en Ecuador. Solo entre el 8 y el 9 de enero, se registraron más de 40 incidentes, entre los que se destaca el acto terrorista de la toma de las instalaciones del canal de televisión TC, en señal abierta, la tarde del 9. Con armas de grueso calibre, granadas y mecheros entraron y secuestraron a varios de los trabajadores de comunicación. Todo esto dejó un panorama desolador, mientras en redes sociales se difunden videos grabados por el crimen organizado de asesinatos, pronunciamientos y más. Esto trae una discusión importante del manejo ético de la cobertura del crimen organizado. 

En un informe de la organización Reporteros Sin Fronteras se explica: “En una situación tan caótica e inextricable, la prensa se convierte, a su pesar, en el instrumento de mala publicidad dirigida a tal o cual organización criminal”. La entidad señala que el crimen también se preocupa por su reputación y entendió la “importancia estratégica” de los medios de comunicación. En medio del caos de seguridad, la prensa termina apegándose al discurso oficial, que también es dudoso. En el informe se propone que existe un desconocimiento global del fenómeno del crimen organizado, lo que genera desinformación y perpetúan estigmatizaciones y clichés informativos. Por lo que se propone un trabajo colaborativo en el que se intercambian fuentes, información y se trabaja en conjunto para comprender el tema que es complejo. A pesar de que el poder del crimen es abismal, Reporteros Sin Fronteras expone en su informe algunas propuestas de formas de cobertura del crimen basados en testimonios de varios expertos y periodistas: 

  1. Mayor interacción entre la prensa y periodistas especializados en redes internacionales.
  2. Intercambio de fuentes e información con corresponsales de las zonas de conflicto.
  3. Sistema de alerta, apoyo o incluso de padrinazgo de gremios periodísticos y organizaciones.
  4. Valorizar el trabajo de periodistas independientes, que enfrentan mayor peligro.
  5. Fortalecimiento en la formación de periodistas en universidades y escuelas apoyadas en periodistas experimentados.
  6. Desarrollo de fondos de periodistas para controlar los activos de los medios y de los comunicadores freelance, con el objetivo de limitar la infiltración de dinero del crimen organizado en las redacciones. 

Saudia Levoyer, periodista, docente investigadora y doctora en comunicación e información, explica en su análisis titulado ‘Los desafíos de la cobertura del crimen organizado en el periodismo ecuatoriano’ que los periodistas deben cubrir el tema de forma rigurosa, pero con “cabeza fría”, lo que significa horas de lectura, seguimiento constante de los hechos, pero no solo a nivel nacional, sino también internacional, e incluso construir sus propios archivos, con el fin de tener una base de datos propia. 

Por lo que se necesita una preparación que incluya la identificación de los sospechosos más peligrosos y los aspectos sensibles de la investigación. “Este tipo de cobertura requiere más periodismo: contrastación, verificación de información, conocer contextos más amplios, poner la información dentro de un escenario específico, enlazar casos, verificar procesos judiciales, entre otros”, asegura Levoyer. 

Andrés Solís, periodista mexicano con amplia experiencia, comenta a Fundamedios que la situación de Ecuador es mucho más compleja y delicada de lo que se cree. Dice que, al hablar de la cobertura del crimen, ya se empezó con el pie izquierdo, dado que, lo que se ha visto en los medios es la réplica de los actos violentos, incluyendo la toma del canal, la toma de guías penitenciarios en las cárceles y mucho más. “Cuando los medios consideran que la parte noticiosa son esos videos, están equivocados. Sí son hechos de interés público pero se debe hablar del tema y ponerlo en contexto, dar datos duros, cuál es la motivación y poner en un mapa para que la sociedad entienda dónde están los centros penitenciarios, dónde está la televisora, es decir, hacer periodismo”, señala. 

Para Solís, se debe ahondar por ejemplo en qué dice la Constitución cuando se habla de Estado de Excepción y todo lo que lo rodea. Explica la necesidad de confirmar los videos que están en redes sociales, y que incluso la prensa internacional replica. Comenta que los otros países no pudieron confirmar la veracidad de varios de las fotos y videos que circulaban en redes y eso ya es una alerta que se debe tomar en cuenta, porque significa que los medios nacionales no están contrastando. Según Solís, antes tardaba mucho en difundirse un acto violento, ahora es más rápido; entonces, los medios no deben caer en la tentación de difundir lo que el crimen quiere, porque el primer riesgo que se tiene es tomar partido. Comenta que lo que se está haciendo solo es reproducir un mensaje propagandístico de una de las partes y no hay datos adicionales. “No hay diferencia si solo reproduces el mensaje del presidente Noboa a si solo reproduces los hechos violentos”, explica. Por lo que, el mayor riesgo es que si se reproducen estos hechos, con eso se quedan las personas y no entienden lo que está pasando, entonces “ganaron los malos” y consiguieron lo que querían. “¿Cuánto cuesta reproducir contenido en televisión? Muchísimo, ayer (9 de enero) les dieron espacio gratis”, indicó. Por lo que sugiere que no es necesario mostrar el asesinato de policías o guías penitenciarios, la gente necesita saberlo, pero no se debe mostrar. Luego, considera importante que se conozca a fondo el contexto y la realidad. “Si preguntas a algún periodista ecuatoriano qué querían estos grupos criminales, no van a saber. Entonces se cae en la reproducción de los hechos y nada más”, indica Solís. 

El periodista asegura que los medios no se deben convertir en una vocería, ni de los grupos criminales ni del Estado y se debe contrastar la información que se difunde en redes sociales, hasta el último dato que se recibe, y cuál es la fuente que da el dato, porque no se conoce si las cuentas en redes fueron creadas por los mismos grupos criminales. Y además, sugiere que los periodistas se pregunten si lo que se va a publicar les sirve a las personas y al interés público y qué información se da a los ciudadanos para que tomen mejores decisiones. 

Por su parte, Yolanda Ruiz, periodista colombiana galardonada y parte del Comité Ético de la Fundación Gabo, comenta que, ante cualquier duda, hay que hacer periodismo y debe hacerse con responsabilidad. “No hay respuestas precisas, se debe tener la responsabilidad, saber las implicaciones y preguntar ¿qué significan estos hechos?”, señala. Ruiz indica que las fuentes que están por fuera de la ley son válidas, el asunto es preguntarse: “¿para qué se habla con una fuente que está al margen de la ley?”, y “¿qué tanto de esta información es pertinente o no?”. Por eso es necesario tener “cabeza fría”. La distancia y mesura se deben mantener con las fuentes de la ilegalidad y las fuentes legales, porque se debe hacer veeduría y vigilancia. La verificación de la información también es importante. Se debe cuidar la salud mental de periodistas; los periodistas a veces se convierten en víctimas de un hecho de violencia. “Mientras mejor está el periodista, mejor información puede dar”. Los periodistas siempre están en la mira de los violentos, porque ellos investigan y denuncian, dice. Ella insiste que se debe garantizar la seguridad de periodistas y en este momento hay una dosis de vulnerabilidad. El trabajo colaborativo se vuelve casi obligatorio y la primicia pasa a segundo plano y es momento de sentarse a mirar cómo hacer periodismo en conjunto. “Mientras más compleja la situación que vive una sociedad se necesitan los ojos del periodismo”. No hay manuales que expliquen cómo enfrentar lo que sucedió en TC Televisión, pero sí se puede definir qué hacer de aquí en adelante. Ruiz comenta que los dueños de medios, los editores, deben hablar de la protección de periodistas. Los mismos colegas deben abrir la puerta de la discusión. “El país en este momento, más que nunca, necesita un buen trabajo de la prensa porque es la forma de combatir la desinformación”.  Se debe incluso trabajar con profesionales de la salud, en apoyo psicosocial, con el tiempo se va a entender la necesidad. 

Javier Garza, periodista mexicano y experto en seguridad de periodistas, señala que muchas veces existe la tentación de grabar los videos de asesinatos o hechos violentos, pero es riesgoso porque no se conoce la fuente. Garza sugiere que no se publique nada sin conocer quién había grabado o el autor de las imágenes. Señala que también hay otro nivel: cuando el crimen obliga que se difunda información y ahí se expone a una represalia de un grupo o el otro grupo. “En México nos topamos con contenidos que producen delincuentes que están sujetos a manipulación y lo recomendable es ni siquiera tocarlos o no publicarlos”, indica. Según Garza, normalmente sucede que alguien no quiere dar la cara y los medios ya le dan un micrófono. Como es difícil verificarlo, es mejor dejarlo a un lado y no caer en la tentación de publicar, y aunque pueden darte tráfico, es una manipulación”. Garza comenta que en materia de seguridad se debe tener un protocolo, y se debe intentar que los titulares y fotografías no sean mensajes que quieren dar el crimen organizado como, por ejemplo, cuerpos mutilados. Indica que toda la jerarquía del medio debe estar consciente de los riesgos que existen y es el editor el que debe plantear un puente entre el periodista y los dueños lo que se requiere. La seguridad se ha venido deteriorando en meses, por lo que los periodistas ya deben tener en cuenta los riesgos y mantener distancia. El ataque a TC Televisión deja claro que los criminales están dispuestos a escalar. Garza recomienda que se fomente una cultura de seguridad en las redacciones para prepararse ante este tipo de eventos y que a lo mejor va a existir información que va a ser muy difícil de cubrir. 

Los expertos coinciden en la necesidad de que exista un periodismo contrastado y apegado a los datos, en medio de una situación tan caótica como la de Ecuador. Consideran que el crimen en este momento ha visto en los medios una plataforma de manipulación y de sembrar terror, y los periodistas no pueden caer en ese juego.

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